Crítica: La Dama Roja





De repente me he visto en una novela. Todo ha sido porque Miguel Ángel Matellanes, director de las editoriales  Algaida y Bóveda, y Oscar Oliveira y Noelia Olbés, los respectivos jefes de prensa, así lo han querido. Ellos, junto a otros compañeros de prensa entre los que debo citar a Xurxo Fernández y a Eva Millán y yo mismo, nos hemos visto envueltos en el embrujo de Granada, nos hemos dejado seducir por los palacios y patios de La Alhambra, por los Jardines del Generalife y por los paseos por las estrechas y empedradas calles del Albaicín. Cuando fuimos conscientes de que formábamos parte del misterio de La Dama Roja  era ya demasiado tarde.

Giada Trebeschi con Pemón Bouzas en el Patio de los Leones de La Alhambra de Granada

La escritora italiana Giada Trebeschi presentaba en la antigua capital nazarí su nueva novela, también es dramaturga, ya que la ciudad, La Alhambra y sus tesoros, son también protagonistas de ella.
Siguiendo los parámetros de la novela actual Giada Trebeschi, la autora de La Dama Roja, desarrolla una novela de fusión de estilos. Una novela en la que cabrían etiquetas como histórica, de intriga, de amor, en la que los personajes articulan la historia. Lo hacen gracias al estilo escogido por la autora, una estructura deudora de las pasiones que Giada Trebeschi siente por el teatro, como dramaturga y como actriz. Son, por tanto, los diálogos entre los personajes los que van desgranando la trama.
La historia es muy atractiva. Se desarrolla en 1938 durante el apogeo del fascismo del Duce en Italia, con Hitler en Alemania pensando en apoderarse de Europa y con Franco avanzando hacia una victoria sobre las fuerzas democráticas españolas. Un grupo de investigadores dirigidos por una joven historiadora se ven envueltos  sin querer en otra investigación que interesa mucho a los camisas negras, fascistas del Duce, que campan a sus anchas  en nombre de unas verdades que son mentiras. Un capitán de carabinieri, que en principio se aproxima más al príncipe azul de un melodrama, se va haciendo hueco en la historia al tiempo que los demás personajes cobran fuerza, buenos y malos, y dan consistencia a la novela.
Por otra parte, los indudables conocimientos de la autora en arte e historia, es doctora en esta última disciplina, sirven para dotar a la novela de un atractivo más, gracias a los datos que transmite al lector por boca de varios de los protagonistas. Me preocupaba el final, pues era el posible  encuentro de un tesoro largamente anunciado. Creo que la autora lo ha resuelto de forma magistral.

Oscar Oliveira, Pemón Bouzas, Giada Trebeschi, Eva Millán y Noelia Olbés.


Miguel Ángel Matellanes (izq.) Xurxo Fernández y Giada Trebeschi
Giada, Xuxo, ..., Pemón y Miguel Ángel Matellanes.


Bugatti de 1928 del capitán de los carabinieri 


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